lunes, 26 de mayo de 2008

Aprende a ser afectiv@

A continuación os pongo una síntesis de un artículo de psicología que he leido en el cole sobre las relaciones humanas que me parece interesante:

"Estamos acostumbrados a decir a los demás lo que no nos parece de ellos. Pero raras veces decimos lo que sí nos gusta. Comunicamos lo que nos separa, pero casi nunca lo que nos une. Esta carencia de halagos y exceso de reproches nos acaba afectando. Daña nuestra autoestima (uno se lo acaba creyendo) y daña también inevitablemente nuestras relaciones.
Nuestra "cuenta corriente" emocional funciona como una cuenta corriente bancaria: si hago "ingresos" ( soy amable, honesto, me comunico positivamente y mantengo mis compromisos), voy llenando la "cuenta". Pero si hago "reintegros" (soy irrespetuoso, traiciono la confianza, critico, juzgo, lanzo reproches y falto a mis compromisos), la cuenta se vacia. Cuando los reintegros superan los ingresos, la cuenta está en números rojos y se pierde la confianza. Ademas hay que tener en cuenta que somos mucho más sensibles a los reintegros que a los ingresos (por cada reintegro hace falta cuatro ingresos para equilibrar la cuenta).
¿Por qué nos cuesta ver las virtudes de las personas? Porque lo que nos une, simplemente, lo damos por supuesto. Esto hace que nunca dejemos de decir a los demás lo que no nos gusta, pero raramente compartamos con ellos lo que nos gusta. No somos conscientes, pero nos olvidamos. Pensamos que lo que nos gusta de los demás, los otros "ya lo captan", o ya lo saben, y la realidad es que no siempre es así.
Lo que es cierto es que las cualidades humanas tienen siempre dos caras: la cara positiva y la cruz. Así, una persona que es sensible, será también con toda probabilidad una persona supceptible. Conociendo esta dualidad, ante una persona susceptible podemos hacer dos cosas: criticar permanentemente su supceptibilidad o descubrir la cara positiva de su supceptivilidad, que será su sensibilidad. Con la segunda opción se consigue un efecto importante sobre la persona: cuanto más valoramos la cara de una cualidad, menos importancia tiene la cruz. Por tanto, reforzar las virtudes es la mejor manera de vencer los defectos.
Por otra parte, que alguien reconozca nuestras habilidades y nos lo diga es signo de que nos valora y nos presta atención. No es suficiente con que sobreentienda. debemos ser explícitos con los halagos. Tan explícitos, al menos, como somos con los reproches. pensar que "el otro ya lo sabe" es una mala excusa.
Ser explícito con los halagos no siempre significa transmitirlos verbalmente. Hay muchas maneras de hacer llegar al otro un halago. Hay muchos detalles, muchos gestos que no pasarán despercibidos. Y a veces son más claros y más explícitos que las palabras. Los halagos no siempre hace falta decirlos, pero sí comunicarlos.
Ocurre, a veces, que nos cuesta recibir halagos pero es bueno saber recibirlos porque, si son cosas que ya sabemos de nosotros mismos, nos dan energía y vemos confirmadas nuestras viertudes. Y si nos descubren habilidades nuevas, nos ayudan a crecer y a conocernos mejor".

1 comentario:

DEL_DAN 但 dijo...

me ha sido imposible leerlo.
mira que lleva tiempo como el primero
pero veo eso tan largo, k no puedo ( y sin foto)
asi k digo al menos escribo un comentario