miércoles, 31 de octubre de 2007

Cuando Dios parece distante...

He estado leyendo una cosilla que me ha gustado y voy a intentar hacer un resumen. Como he puesto en el título habla acerca de los momentos en los que no sentimos a Dios y parece que se haya tomado unas vacaciones. La clave a esto está en la adoración. Cuando las cosas nos van bien es fácil adorar pero ¿qué ocurre cuando las circunstancias no son tan favorables? ¿Qué es lo que hacemos cuando Dios parece estar a millones de kms?...
Nuestro grado de adoración más profundo es alabar a Dios a pesar del dolor: agradecer a Dios durante una prueba, confiar en él durante la tentación, aceptar el sufrimiento y amarlo aunque parezca distante.
Dios pone a prueba nuestra amistad con periodos de "aparente" separación, días que se pueden calificar como " la oscura noche del alma"o "el invierno del alma" pero eso no quiere decir que que nos haya abandonado, es más Dios nos ha prometido varias veces: "Nunca te dejaré ni te desanpararé". Pero Dios no nos promete: "siempre sentirás mi presencia". Dios utiliza estos periodos de "silencio" para ayudarnos a madurar en su amistad. Es una prueba de fe por la que absolutamente todos los cristianos pasamos al menos una vez en la vida.
Entonces, ¿cómo podemos alabar a Dios cuando no entendemos lo que pasa en nuestra vida y él calla? ¿Cómo podemos mantener una relación con Él en medio de una crisis si no hay comunicación? ¿Cómo podemos mantener la vista en Jesús cuando nuestros ojos están llenos de lágrimas? Pues tendremos que hacer lo que hizo Job: "Se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!"
En otras palabras: Primero: Cuéntale a Dios cómo te sientes, abre tu corazón. Si estás triste, enfadado, amargado... díselo. Esta es una buena manera de ejercitar la confianza en Dios.
Segundo: Concéntrate en quién es Dios y su naturaleza inmutable: Él es bueno, me ama, sabe lo que me pasa, está conmigo, se interesa por mi, tiene un plan para mi vida, Él tiene el control.
Tercero: Confía en que Dios cumplirá sus promesas: pese a nuestras emociones tenemos que depender de las promesas de Dios y esto nos servirá para adquirir un grado más profundo de madurez espiritual.
Cuarto: Recuerda lo que Dios hizo por ti: Sólo por el hecho de dar a su único Hijo como sacrifio por nuestros pecados (que no es cualquier cosa!!!!!!) ya es motivo suficientemente grande como para que le alabemos. Jesús lo dio todo para que tuvieramos todo. Murió para que pudieramos vivir para siempre.
Así que hay esperanza. Dios no se toma nunca vacaciones, siempre está al pie del cañon y no se le escapa nada de nuestras vidas. Qué alivio!!!!!!!!!!!!!!!!!

1 comentario:

evidentemente yo dijo...

Juas... eso me suena... "Dios en silencio"???