Hoy me he estado acordando de la famosa yincana que le hicimos a Ainara, en la que ya sabéis que tenía que ir siguiendo unas pistas para llegar a su destino.Me ha dado por pensar que la vida al lado de Dios puede ser como una yincana: Dios va poniéndonos pistas y nosotros vamos siguiendo el camino. Pero claro, hay veces que no ves la pista aunque la tengas delante de tus narices (como le pasó a Ainara) y hay veces que queremos coger atajos pensando que ya sabemos hacia donde no lleva Dios ( como hizo Ainara al ir antes de tiempo a la parada de bus). Lo que me anima es pensar que pese a los contratiempos que puedan surgir por el camino Dios no tiene el teléfono desconectado y siempre está disponible para seguir dándonos pistas para que podamos llegar a nuestra meta. Me mola la fidelidad y el empeño que tiene Dios con cada uno de nosotros.
Espero que hayáis entendido lo que he escrito.La verdad es que me resulta un poco chungo poner palabras a los pensamientos.
Ale agur.
miércoles, 3 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Jajaja, y llamas y Dios responde poniendose el jersey por encima... :D
jiji, habia pensao lo mismo...
vosotros pensais mucho no? jaja mola!! ijij
Publicar un comentario